En el Kempes, el equipo de Medina cayó 2-1 ante Emelec en el debut por el Grupo C de la Sudamericana. Y fue derrota por la falta de experiencia del albiazul en no saber definir el partido cuando ganaba 1 a 0, porque en el arranque del segundo tiempo lo tuvo para ganar con comodidad pero primero chocó contra la figura de la cancha: Pedro Ortiz, y segundo los delanteros se perdieron goles increíbles. La jerarquía del Emelec lo dio vuelta en un par de aciertos ofensivos y pudo hasta ser mayor la diferencia de goles.

Aquel aforismo de «los goles que se erran en el arco de enfrente te los hacen en el tuyo», tuvo una gran vigencia para Talleres. Fue un partido entretenido, con idas y vueltas. Pero antes de los 25 minutos hubo seis amonestados y no era para tanto porque las acciones eran equilibradas y se jugaba sin mala intención. Talleres debió esperar varios minutos para pasar a dominar. Y por eso no extrañó el gol de Fragapane, luego del centro de Auzqui, Parede la dejó pasar y Fragapane metió el flechazo. Incluso en el arranque del segundo tiempo lo pudo aumentar, pero fallaron los delanteros. Hasta que la mano de Navarro paró la pelota y fue penal. El uruguayo Rodríguez clavó el empate. Y no extrañó que Facundo Barceló metiera el segundo. Incluido sobre el final Rojas metió un balinazo en el parante. Talleres pagó un alto precio a jugar «al perdonarle la vida» y a su falta de roce internacional. Pero está en el buen camino. Emelec es un equipo que tiene ideas para proyectarse en la Copa Sudamericana. Y no hay que olvidarse que los ecuatorianos saben que en este tipo de partidos no se puede perder y siempre hay que llevarse algo a casa.