Conocida la derrota de Vélez en su visita a Huracán, los futbolistas del Fortín fueron interceptados por los violentos al salir de la Villa Olímpica. Produciéndose un inevitable momento de gran tensión con cerca de un centenar (según versiones de quienes se encontraban en el lugar) increpando a los jugadores quienes iban a buscar sus vehículos en la Villa Olímpica de Vélez para retirarse a sus hogares.

Los integrantes de la barra brava (conocida como «La Pandilla de Liniers») irrumpieron sorpresivamente en las instalaciones del complejo de entrenamiento del club, donde protagonizaron insultos, gritos y aunque fue un violento apriete a los futbolistas. Los barras sorprendieron a los jugadores que venían de caer en la última fecha de la Liga Profesional y hubo empujones que precedieron a golpes de puño a diferentes jugadores.

La caída ante Huracán profundizó una crisis deportiva, que exceptuando a Arsenal, hoy bajando a la B Nacional por promedios ubica a Vélez en la antepenúltima ubicación de la tabla general. Solo dos puntos arriba de Huracán y Colón, quienes de terminar hoy la temporada deberían jugar un desempate por la permanencia.