
El ente máximo del fútbol sudamericano decidió imponer una suspensión del estadio de River después del recibimiento histórico ante Atlético Mineiro en las semifinales del certamen continental del año pasado. Si bien desde Núñez apelaron el castigo desde el Tribunal de Disciplina no cambiaron la decisión tomada, comenzado marzo se ratificó que River no tendrá el apoyo de sus más de ochenta y cinco mil hinchas en su cancha. Otra vez los hinchas pagando el castigo de no poder ir a ver a su equipo, pero a la par se aplicó una multa económica de 195 mil dólares y la exhibición obligatoria de los carteles que condenan la discriminación racial.