
Sam Cane, el capitán de los hombres de negro, caminó hacia la formación del Haka (él va adelante de todo) con algo en la mano. Luego, dio pasos hacia el centro de la cancha y estiró la camiseta: era la 10, con la palabra Maradona. La dejó ahí, mirando a los ojos de todos Los Pumas que estaban abrazados. Ojos vidriosos en los argentinos y mucha emoción.
Luego de eso, los All Blacks realizaron su Haka, en esta ocasión eligieron el Kapa O Pango, una versión bien intensa, bien suya. Este homenaje es otra muestra de lo que significó y significa Maradona para el deporte mundial, no solo para nuestro país y no solo para el fútbol. Diego, que alguna vez alentó a Los Pumas desde la tribuna y terminó celebrando en el vestuario, ahora los miró desde arriba, con un gesto de los rivales también. Respeto.