
Pablo Bebote Alvarez tomó el control de la popular de Independiente en el partido que enfrentó el rojo a Tigre y desafía a la facción oficial de Juan Ignacio Leczniki, con desplazarlos para siempre. Es más, el hombre clave que le sacó al hasta hoy actual líder es un delincuente apodado Patita, sicario de profesión, que maneja un grupo pesadísimo de Villa Jardín, en Lanús. Y también le mandaba un mensaje cifrado a César Loquillo Rodríguez, el tercer actor en discordia, para decirle que ya no había lugar tampoco para él y que volvía Bebote y se hacía cargo de todo.
Frente al estadio del Rojo con cerca de 300 barras que lo coronaron a «Bebote» otra vez como el jefe de la popular y de allí se fueron caminando por Avellaneda al grito de “Barracas, querido, te vamos a cagar a tiros” por el lugar donde tienen su núcleo fuerte los actuales jefes de Los dueños de Avellaneda, tal como se denomina hoy la facción oficial. La de Bebote es Los Diablos Rojos y la de Loquillo, Somos nosotros. Tres sectores que deberían estar fuera del fútbol argentino y en vez de eso, son protagonistas principales con la connivencia de la dirigencia y parte del entramado de seguridad. Frente al restaurante temático del club que Bebote inauguró antes de la pandemia y que sus rivales lo acusan de haberlo comprado y montado con la plata de la barra, hizo un discurso como líder político, atacó a Moyano, a Loquillo, a Juani y dijo “vuelvo para recuperar la tribuna para el Rojo”, acusando a sus rivales de ser de Huracán y River y estar en el cargo sólo porque los apoya el gremio de Camioneros.