El caso de los problemas políticos o religiosos trasladados en banderas que se muestran en los estadios del futbol a nivel mundial, viene tomando un carácter especial para los operativos de seguridad y las organizaciones de copas y torneos internacionales. Sin ir muy lejos el año pasado mientras se disputó un partido internacional en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, la FIFA ordenó que se tape el nombre del estadio para no crear problemas con sus pares británicos. Y en el caso de los hinchas que acuden a los estadios con banderas que poco tienen que ver con el fútbol, los problemas en las inmediaciones para ingresar a los partidos se tornan conflictivos. Banderas en los estadios de España conflictivas son las banderas vascas o catalanas, por la cuestión separatista. Banderas religiosas o de países en conflictos, por más desconocidos que parezcan son tomados con seriedad por la FIFA para evitar problemas entre hinchas. Y hasta los espectadores por tv, se torna muy difícil que vean alguna de estas banderas porque los directores de cámaras de la televisación están preocupados en «no tomar» imágenes de estas banderas.