
Nos referimos a la denominada “zona exclusiva de capitanes”, zona que marca la obligación para que “solo el capitán de cada equipo tendrá permiso para acercarse a los árbitros” durante las tomas de decisiones cruciales. El objetivo es reducir los tumultos alrededor de los jueces. Esta filosofía se comenzó a aplicar en la Eurocopa 2024 y mostró claramente que este nuevo enfoque tuvo el éxito esperado. Basada en esa experiencia, la IFAB decidió que se podría trasladar a distintas competiciones, algo que se extendió, por ejemplo, en Brasil. Y ahora hace su desembarco en Argentina.